El cambio a la radiografía digital (RD) puede dar lugar a un “arrastre de dosis”, en el que los niveles de radiación aumentan lentamente con el tiempo a medida que los radiólogos intentan producir una mejor calidad de imagen.
Investigadores de la Universidad de Suffolk (Ipswich, Reino Unido) realizaron un estudio para examinar dos fenómenos relacionados: la colimación y el uso cada vez mayor de marcadores laterales digitales (DSM), dado que son más propensos a errores si las imágenes digitales se voltean accidentalmente después de la adquisición. Para el estudio, los investigadores ubicaron observadores en las suites de RD en dos hospitales del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) en el sureste de Inglaterra para observar cómo los radiólogos hacían su trabajo. Los observadores registraron el uso del recorte de imágenes, así como la ubicación de los DSM en las imágenes.
Después de que se completaron los exámenes, se les preguntó a los radiólogos acerca de sus prácticas, como por qué eligieron recortar imágenes después de la exposición y por qué usaron DSM en lugar de los marcadores laterales anatómicos (ASM). En total se realizaron 22 entrevistas. Los observadores notaron un uso frecuente del recorte de la imagen digital después de la adquisición, con algunos radiólogos recortando tan solo un cm y otros recortando hasta cinco. Cuando se les preguntó por qué, muchos radiólogos dijeron que recurrían al recorte para producir imágenes estéticamente agradables y, en algunos casos, para compensar el exceso de colimación.
Los investigadores postularon que los radiólogos se sintieron tentados a “abrir” la colimación durante la adquisición de la imagen y luego recortarla, la definición clásica de fluencia de la colimación. Varios radiólogos entrevistados reconocieron los problemas que puede crear el recorte de la imagen, equiparando la técnica con una mala práctica. El análisis de los DSM mostró que la mayoría de los radiólogos no ven ninguna diferencia entre el uso de marcadores digitales y anatómicos. Los investigadores creen que esta actitud podría reflejar una falta de profesionalismo, ya que ignora la posibilidad de que una imagen digital se pueda voltear inadvertidamente, dejando el marcador en el lado equivocado del paciente. El estudio fue publicado en la edición de junio de 2019 de la revista Journal of Medical Imaging and Radiation Sciences.
“La característica de recorte mejora la apariencia estética de ‘una imagen de rayos X típica’, prestando poca atención al aumento de la radiación ionizante. Los hallazgos presentados aquí también resaltan la posibilidad de ‘fluencia de la colimación’, por lo que los radiólogos se ven tentados a aumentar la colimación dentro de la sala de rayos X, ya que se puede recortar después de la exposición”, concluyeron el autor principal, Christopher Hayre, PhD, y sus colegas. “Es importante que los radiólogos que utilizan la función de recorte después de la exposición se separen ideológicamente de su imagen y tengan presente que es probable que los pacientes están expuestos a niveles innecesarios de radiación ionizante si se practica una colimación inapropiada”.