Resonancias magnéticas póstumas del cerebro producen imágenes detalladas en 3D

Una exploración de 100 horas de resonancia magnética (IRM) de un paciente anónimo fallecido ha permitido obtener una visión sin precedentes de la anatomía del cerebro humano.

Investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH; Boston, EUA) se comprometieron a crear un conjunto de datos de resonancia magnética de resolución ultraalta de un cerebro humano, ex vivo, de una mujer de 58 años que no tenía antecedentes de enfermedad neurológica y quién murió por causas no neurológicas. Después de la fijación en formalina al 10%, se tomaron imágenes de la muestra del cerebro en un escáner de resonancia magnética de 7 Tesla, a una resolución isotrópica de 100 µm, utilizando una bobina de matriz de recepción de 31 canales hecha a la medida. Se obtuvieron datos de disparo único de ángulo bajo rápido (FLASH), de un solo eco, en más de 100 horas de tiempo de exploración, a 25 horas por ángulo de giro.

En total, los investigadores registraron 8 terabytes de datos sin procesar de los cuatro ángulos de escaneo separados. El conjunto de datos resultante proporciona una vista sin precedentes de la neuroanatomía en 3D del cerebro humano. Para optimizar la utilidad del conjunto de datos, los investigadores lo convirtieron en un espacio estereotáctico estándar y lo distribuyeron a la comunidad académica y al público en general, tanto en el espacio nativo como en el estereotáctico a través de múltiples plataformas. Un estudio que describe la preparación de la muestra de cerebro y el proceso de exploración de la resonancia magnética se publicó el 31 de mayo de 2019 en la revista bioRxiv.

“La resonancia magnética ex vivo post mortem proporciona ventajas significativas sobre la resonancia magnética in vivo para visualizar la neuroanatomía microestructural del cerebro humano. Mientras que las adquisiciones de resonancia magnética in vivo están limitadas por el tiempo y afectadas por el movimiento, la resonancia magnética ex vivo se puede realizar sin limitaciones de tiempo y sin movimiento cardiorrespiratorio o de la cabeza”, concluyeron el autor principal, Brian Edlow, MD, de los departamentos de neurología y radiología del MGH, y colegas. “Prevemos que este conjunto de datos tendrá una amplia gama de aplicaciones clínicas, educativas y de investigación que mejorarán la comprensión de la anatomía del cerebro humano en la salud y la enfermedad”.

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